Luis Suárez se despide de Nacional como un héroe
Luis Suárez llegará a Qatar 2022 como un campeón. En el emblemático estadio Centenario de Montevideo, sede de la final de la primera Copa del Mundo, la de Uruguay 1930, el delantero de 35 años terminó su puesta a punto para el inminente Mundial en el golfo Pérsico con su habitual sello: el domingo aportó dos goles decisivos para la consagración de su equipo, Nacional, como ganador de la liga uruguaya 2022.
Fue el 21º título de campeón en la trayectoria de Suárez, que además contabiliza 528 goles, pero sobre todo un final feliz para la apuesta sentimental que tomó hace menos de tres meses. Libre del Atlético de Madrid, el Pistolero desoyó propuestas europeas y, tras un coqueteo con el River Plate de Argentina, regresó a su equipo de origen, en el que en 2005 debutó en Primera División y 34 partidos después actuó como puente para el comienzo de sus 16 años en Europa, desde el Groningen en 2006 hasta el Atlético en 2022.
En la final de la temporada uruguaya, Suárez anotó por duplicado en el 4-1 ante Liverpool, un club montevideano de 106 años de historia cuyo nombre está inspirado en la ciudad inglesa y no en el equipo en el que el Pistolero se destacó de 2010 a 2014, tras su paso por el Ajax y previo a su estallido en el Barcelona. Elegido el mejor jugador de la final, los de Suárez no fueron goles de relleno, sino los decisivos de un partido áspero, que terminó 1-1 en el tiempo regular y recién se definió en el tiempo suplementario: marcó el 1-0 y el 2-1 parciales, primero con un derechazo tras un quiebre repentino, en el que le pasó la pelota entre las piernas a un defensor rival, y luego con un remate a media altura contra el techo del arco. Suárez y el gol siguen buscándose: en sus 16 partidos en Nacional anotó 8 veces, un promedio de un gol cada dos encuentros.
Los menos de tres meses del Pistolero en Nacional –debutó el 2 de agosto y se despidió este domingo- parecen haber sido un acierto futbolístico, físico y anímico para el delantero que, según los planes del entrenador de Uruguay, Diego Alonso, jugará en Qatar 2022 en el medio del ataque, secundado por Darwin Núñez (en el Liverpool original, el británico) y Edison Cavani. “Fue una tarde-noche redonda, perfecta. Siento felicidad y orgullo de haber tomado bien la decisión. Me tenía que autopresionar para estar a la altura de Nacional y demostrar que seguía con ganas”, dijo Suárez, que festejó el título lanzándose al foso del Centenario, con agua hasta la cintura, que actúa como una piscina que separa al campo de juego de las tribunas.
A 20 días para el comienzo del Mundial, la Celeste comenzó a entrenarse este lunes en Montevideo con los futbolistas que juegan en los torneos de Sudamérica, a excepción de Suárez, que se tomará un tiempo más de descanso. El Pistolero ya no volverá a jugar en Nacional: en 2023 –cumplirá 36 años el 24 de enero- firmará para otro club del extranjero, posiblemente de la MLS de Estados Unidos. “Agradecimiento total por el cariño que me dieron desde que llegué hasta hoy, que es el día que me estoy yendo”, agregó.
Tras su salida del Atlético de Madrid a mitad de año, Suárez volvió a Uruguay lejos de su mejor versión física, pero entre fines de agosto y comienzos de octubre consiguió al menos parte de la recuperación que necesitaba para llegar afilado a Qatar 2022, torneo en el que la Celeste compartirá el grupo H junto a Corea del Sur, Portugal y Ghana. Su debut en Nacional, el 2 de agosto pasado, no evitó la derrota 0-1 de su equipo ante Goianense de Brasil, por los cuartos de final de la Copa Sudamericana. Una semana después, un nuevo traspié, 3-0, marcaría la eliminación de su equipo, un golpe inicial para lo que parecía ser el principal objetivo de Suárez: romper la seguía internacional de los clubes uruguayos, que no ganan un título de Conmebol desde 1989. Otro golpe para Nacional en el segundo semestre de 2022 fue la eliminación de la Copa Uruguay ante el modesto Rampla, de Segunda División, aunque Suárez no jugó esa noche porque estaba junto a su selección.
Ya más aclimatado a sus compañeros, el máximo goleador de la selección uruguaya resultó un arma clave para el título de Nacional. Sus ocho goles se repartieron entre los dos en la final a Liverpool, uno contra Peñarol en el gran clásico uruguayo y otros cinco ante rivales más modestos, como Albion, Danubio, Rentistas, Plaza Colonia y Boston River. Fue la 49ª liga anual en la historia de Nacional, el máximo campeón de Uruguay, en un fútbol en el que el equipo de Suárez y Peñarol se reparten más del 95% de los títulos. “Es un jugador tocado por una varita mágica, aparece cuando tiene que aparecer: en el clásico y hoy. Se lleva el premio de la gente de cómo lo ovacionó y le agradece”, dijo Pablo Repetto, entrenador de Nacional.
Suárez jugará en Qatar 2022 su cuarto Mundial, torneo en el que lleva anotados siete goles en 13 partidos: de convertir uno, alcanzará a Óscar Míguez, máximo goleador de la Celeste en las Copas del Mundo, con ocho, entre Brasil 1950 y Suiza 1954. Pero el aporte del Pistolero en los Mundiales también es célebre por otras cuestiones, para bien o para mal: en Sudáfrica 2010 realizó una atajada providencial en el último minuto contra Ghana (por la que fue expulsado pero que permitió la tanda de penales que llevó a Uruguay a las semifinales) y en Brasil 2014 mordió en el cuello al italiano Giorgio Chiellini, una agresión por la fue suspendido por cuatro meses por la FIFA. Suárez vuelve como un campeón.