Sinéad O’Connor fue la excepción a la regla del pop
Con una cabeza rapada, que simbolizaba una rebelión en contra de una industria que pretendía encasillarla en el molde de la estrella pop ochentera, y una voz que es calificada como dulce y sensible por los expertos, Sinéad O´Connor es recordada como un referente en la escena del pop.
La cantante falleció este miércoles por causas hasta el momento no reveladas, con tan sólo 56 años de edad, bajo el nombre de Shuhada Sadaqat, el cual adoptó tras haberse convertido al islamismo en 2018.
Fue ahí donde despertó en ella el gusto por el canto, y a mediados de los ochenta dejaría sus estudios para formar el grupo “Ton Ton Macoute”, donde colaboró con el músico The Edge, de la banda U2.
“Estaba muy joven, no estaba realmente lista para ser una estrella pop, porque no encajaba en el molde. Era más una punk, no me fijé como meta ser una estrella de pop”, comentó en su momento la cantante sobre sus inicios a un matutino estadounidense.
Carrillo considera que desde sus primeros trabajos, reflejaba “una personalidad distinta en la industria musical, parte de su capacidad de mezclar la música tradicional irlandesa a una forma pop”.
“Lo hizo dejando ver un poco de sus raíces religiosas, y el contexto de su cultura. Deja una personalidad artística llena de alma, vulnerabilidad y rabia, muy distinta a las estrellas femeninas pop del momento”.