El investigador reflexiona sobre su presencia en la cultura popular; dice que la posibilidad de establecer contacto con otras inteligencias cambiaría nuestra forma de pensar.
Desde hace unos años, la mayoría de las personas ya no hablan de OVNI (Objeto Volador No Identificado) sino de FANI, siglas que significan “Fenómeno Anómalo no Identificado”.
De acuerdo con el ufólogo Jaime Maussan, esto se debe a una apertura que se está dando desde 2015 y que tiene que ver con comenzar a nombrar de una manera distinta al mismo fenómeno:
“Todo eso comenzó a cambiar debido a que los políticos y los medios de comunicación en Estados Unidos ya no querían relacionarse con el término UFO (Unidentified Flying Object), porque hubo toda una campaña de desprestigio hacia ese término, y a partir de ese cambio de nombre también se ha venido dando una especie de cambio interno, como si fuera parte de una agenda, porque luego vino el artículo de The New York Times 16 de diciembre de 2017 (¿Los ovnis son reales? Un programa del Pentágono intentó averiguarlo) y ahí empieza a cambiar todo, especialmente porque se filtran los tres videos del Pentágono que son los que cambiaron todo”.
“Desde luego que me dio gusto, porque para mí también es una situación personal, ya que el haberme involucrado en este tema me causó problemas, y no solamente a mí, sino también a mis hijos que eran constantemente agredidos en la escuela, porque les decían que su papá estaba loco, que veía cosas que nadie más veía y que decía cosas que nadie más decía. En ese entonces mis hijos estaban pequeños y no comprendían qué sucedía, así que fue todo muy injusto”, revela.
Maussan asegura que aunque durante varias décadas el gobierno estadounidense no ha querido abrir los documentos clasificados que tienen sobre este tema, actualmente se vive un estira y afloja en el congreso de ese país, que podría hacer que las autoridades de ese país se vean obligadas a dar a conocer esa información.