«La entrada al infierno»: así describen a Aceros Simec tras muerte de 13 trabajadores en Tlaxcala
De acuerdo con un documento, la empresa no sólo cubrirá las indemnizaciones legales, sino que también apoyará con la educación de los hijos de las víctimas.
Trabajadores, familiares y extrabajadores consideraron que la planta de Aceros Simec, ubicada en Xaloztoc, Tlaxcala, es “la entrada al infierno”, aseguraron que no había condiciones de seguridad en el trabajo, por los salarios raquíticos que paga o por un ambiente laboral deprimente.
¿Cómo ocurrieron los hechos?
Todos murieron calcinados luego de que una olla en la que hervían toneladas de escoria de acero explotó y todo el material cayó sobre ellos.
Material similar a una corriente de lava, con más de mil 500 grados centígrados, cayos sobre la cuadrilla de trabajadores.
Testimonio de familiares
“No sé si sea un horno que se ve, ¿cómo podría decirlo?, ¿llamas?, ¿o algo con fuego?, no sé. No podría describirlo, pero sí, es la entrada al infierno”, sostuvo Georgina González, madre de un extrabajador.
El hijo de esta mujer dejó de trabajar en la planta de Aceros Simec, hace 20 días; así lo decidió al no estar de acuerdo con las evidentes condiciones de riesgo en las que cumplían con su trabajo todos los obreros.
El joven es ingeniero industrial y la firma le pagaba apenas 2 mil pesos semanales; es decir, arriesgaba su vida por 8 mil pesos mensuales.
“Sí mi hijo no hubiera salido de ahí, hace 20 días, seguramente le pudo haber pasado lo mismo”, expresó la ama de casa, tras conocer la fatal noticia de la muerte de 13 trabajadores.Jonathan, era otro joven trabajador, llevaba 10 años de antigüedad en la planta; es decir, fue contratado a los 18 y murió a sus 28 años de edad.
Él era el sustento de su madre, Yumini.
“Mi hijo me ayudaba mucho, él ya se quería salir de ahí, no era una fábrica segura, el equipo que les daban estaba bien viejo, todo quemado y perforado porque brincaban las chispas de la escoria. Se quedó ahí porque estaba esperando que le pagaran su aguinaldo, pero ahora ya está muerto”, expresó la madre.Como Jonathan, también murió en el lugar, Leonardo, un varón de 36 años de edad que, aún consciente del peligro y de las malas condiciones laborales, ahí decidió seguir.
A Leonardo le prometieron un ascenso y un incremento salarial de 200 pesos sobre los 3 mil pesos libres de impuestos que ganaba bajo el esquema de outsoursing en la planta de Aceros Simec.
“Era encargado de hacer mantenimiento, él estaba, pues, a gusto trabajando ahí porque eran tres mil pesos que para él eran libres, no había que le quitaran impuestos porque le pagaban en efectivo. Entonces, él también me había comentado que lo iban a subir de puesto, que le iban a dar 200 pesos más”, narró su esposa, Dulce González.Pero Leonardo está muerto, fue uno de los 13 obreros fallecidos en la planta de aceros.
Vivía con sus abuelos, a quienes consideraba como sus padres porque con ellos creció, y de él dependían económicamente.
“Alguna persona me comentó que él se encontraba en la olla, hasta arriba, fue cuando pasó el accidente, entonces pues lo único que yo pido es justicia, que se cierre esa empresa porque no es justo que ahorita fueron once o quince, desconozco la cantidad de muertos, pero el dinero ya no va a reponer nada”, indicó Dulce.Justicia, justicia, es lo que piden los deudos porque consideran que la muerte de los 13 obreros fue consecuencia de una negligencia y del incumplimiento de las normas de seguridad en el trabajo por parte de Aceros Simec.
Inician identificación de los cadáveres
Ante la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE), los deudos comenzaron el proceso para identificar los cadáveres de sus seres queridos; el proceso tardará hasta 10 días, según el grado de calcinamiento.
“Dijeron que apenas va uno, y si se llegara a reconocerse, se haría por la dentadura, alguna placa o algún tatuaje que haya, entonces se entregará más fácil el cuerpo qué sea más reconocible por sus familiares”, comentó Francisca Romero, hermana del obrero fallecido, Izael Romero
